lunes, 16 de octubre de 2017


Review sin Spoilers de War for the Planet of the Apes



Todavía no puedo reaccionar ni razonar lo que Hollywood nos esta dando con las remakes o secuelas , ojo que siguen saliendo adefesios (y muchos). Pero ya si por ejemplo te nombro la Remake / Reboot de Mad Max del 2015 , la Remake de iT o la espectacular Blade Runner 2049 ,entonces debería de quedarte claro que en Hollywood no siempre la cagan, estos raros y excepcionales ejemplos tratan con respeto el material original y nos aportan una nueva mirada expandiendo lo ya conocido.
Bueno el caso de Planet of the Apes es por suerte uno de ellos , dado que en el 2011 presenciamos una nueva reimaginación (obviando la de Tim Burton del 2000) del universo Planeta de los Simios comandado en la dirección por Rupert Wyatt. En una primera y modesta entrega que dio pie a que pueda construirse un mundo creíble y solido donde los monos no solamente se escapan de los zoológicos y se emancipan del humano si no que también gracias a un virus/bacteria aprenden a hablar de a poco y a razonar de manera cada vez mas similar a la del humano.


Por suerte su segunda parte fue a mi parecer aún mejor a manos del increíble Matt Reeves (Cloverfield) que supo darle una pincelada de épica pero manteniendo un minucioso enfoque sobre el espíritu humano y lado belicoso con su contraparte el Simio , su rival.
En el medio de todo el duelo entre hombre vs simio, el maestro Matt Reeves y el equipo de Weta Digital (equipo de Efectos por CGI de Peter Jackson) crearon de manera puntillosa y funcional de uno de los mejores y más vanguardistas efectos para cine , la captura corporal de varias decenas de actores reales simulando movimientos primate , para luego aplicar una dura capa de FX en CGI que recrea con extrema exactitud la apariencia completa de cada uno los monos en cuestión.
El ojo humano fácilmente se da cuenta cuando hay un escenario irreal hecho por computadora y mas aún si el o los personajes son falsos, dado que es muy difícil simular texturas, piel , pelos y su efecto cambiante al ser invadidos por las diferentes luces de la vida real, nuestro ojo y nuestro cerebro se da cuenta de ello, pero ya desde esa segunda película Dawn of The Planet of The Apes del 2014 ya casi se rozaba la perfección.


Por obvias razones la tecnología avanza y en esta tercer entrega ya te podría confesar que pese a saber que los primates están hechos por CGI te diría de a que prestes atención a los detalles, vas a ver que ya se está llegando a un punto de perfección que para el cinéfilo o amante de la computación va a notar un logro impresionante lo que esta última entrega hace.
Quitando el apartado técnico, el guión no se queda atrás ; se retoma la película exactamente en el punto donde quedó la del 2014 y continua con Cesar y su gran grupo de primates, viviendo en manada a las alturas de una ladera rocosa, a punto de sucumbir ante un ataque de un ejército humano que los está por aniquilar. No digo más , solo véanla, ojo que no es perfecta pero dentro de lo que propone los pocos cabos sueltos se perdonan dado que la misma es coherente con lo que se expuso desde un principio.

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